Experiencias | Boda del mes La Bastilla
Raquel y Álex: Una boda muy romántica en Torre Mirahuerta
Esta pareja se conoce desde la infancia. Se hicieron amigos en la juventud y en el 19 cumpleaños de Álex, después de un anoche de fiesta, el 2 de febrero de 2003 comenzaron a salir. Doce años más tarde, Álex le pidió matrimonio a Raquel en el periódico Heraldo de Aragón. El 9 de septiembre de 2017, esta romántica pareja vivió una boda tan impresionante como habían soñado en la finca Torre Mirahuerta, en Zaragoza. ¡No faltó detalle!
El look de los novios
El novio eligió un traje de chaqueta negro de Nacho Ruberte con chaleco y corbatín rojo, y camina blanca con cuello italiano. Destacaban además calcetines a juego y gemelos de Star Wars, ya que Álex es un gran fanático de la saga.
Raquel lució un vestido de encaje y corte sirena, modelo Cabriolé de AIRE BCN 2017, de Dressbori. “Desde que lo vi en Internet, me enamoré”, dice la novia. “Fue el primero que me probé y con el que me quedé. Sabía, sin duda, que era mi vestido”, añade. Llevó un maquillaje muy natural, y un peinado de moño bajo de “A tu estilo”. Como complementos, destacamos unos pendientes de plata de su prima, una pulsera de una amiga y un tocado de Beaflor a juego con el ramo y prendidos.
La celebración
El 9 de septiembre fue un día que ni Raquel ni Álex olvidarán. Justo el día anterior se habían casado por el juzgado y fueron a comer con familia y amigos, pero su gran día fue, sin duda, la fiesta que habían preparado en Torre Mirahuerta.
La ceremonia fue muy emotiva y divertida a la vez. Una prima de la novia y un amigo fueron los encargados de conducirla, en una celebración en la que familiares y amigos compartieron divertidas y emotivas anécdotas. Uno de los momentos más especiales fue cuando el novio les dedicó unas palabras a sus cuatro abuelos, que pudieron estar presentes en este día tan importante.
“Recuerdo con mucho cariño el momento de la salida del altar bajo una lluvia de pétalos, arroz y pompas de jabón cuando sonaba una de nuestras canciones favoritas: So happy together”, señala Raquel. “Otro momento muy especial fue el de la entrada al salón mientras sonaba Total eclipse of the heart, con todos los invitados saltando, bailando y dándolo todo”, añade Álex.
Uno de los momentos más divertidos que recuerdan fue la entrega de ligas a las amigas de Raquel, muñecos Playmobil para los futuros matrimonios, regalos a los hermanos, vídeo y baile sorpresa de los amigos y ¡hasta una petición de mano! Y es que, según la tradición, “de una boda sale otra boda”. Después la fiesta fue muy divertida, con un DJ que pinchó todos los temas del momento y grandes canciones de siempre, que son un éxito asegurado.
“Fue un día increíble, lleno de momentos únicos que nunca olvidaremos, rodeados de todos los que nos quieren. Si pudiéramos, nos casaríamos todos los años”, señala la pareja.
Los detalles
Un detalle que encantó a todos los invitados fue la furgoneta hippie que trasladó al novio a la finca. Fue un detalle que él no esperaba y que Raquel quiso regalarle en forma de sorpresa. “Recuerdo que yo no estaba nerviosa, pero fui viendo llegar a los invitados y ya lo vi bajar de la furgo y ahí sí que me puse más nerviosa. Uno de los momentos más emotivos fue ese, el primer encuentro, ver lo guapo que estaba y saber que ahora sí que sí era nuestro gran día”, recuerda Raquel.
La boda al completo
Torre Mirahuerta fue el lugar elegido para la celebración. “Nos habían hablado de ella, buscamos información por Internet y nos encantó. Concretamos una cita para verla y nos enamoró, pues tenía todo lo que buscábamos: un sitio para nosotros, en Zaragoza y con posibilidad de hacer el baile al aire libre”, afirma Raquel.
“Queríamos que el banquete fuera con La Bastilla porque siempre hemos cenado genial y el servicio era muy bueno en las bodas a las que hemos ido de invitados. Todos los invitados nos dijeron que les habían encantado los aperitivos, sobre todo el sushi, el poder repetir de todo, con los camareros siempre atentos a cualquier detalle. Todo fueron felicitaciones”, añaden.
Ambos señalan que la finca enamora por sí sola, desde su espectacular entrada, con la casa de estilo señorial a un lado, el pozo, sus amplios jardines, la piscina y su gran carpa acristalada climatizada. Y recuerdan: “Miguel Ángel y Andrea hicieron un gran trabajo de decoración y personalización de la finca para que quedara perfecta: pizarra dando la bienvenida, letras gigantes sobre un palé, seating plan, marcos colgantes, fotos de nuestros invitados…”.
Fotos: Enlaces
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